viernes, 6 de febrero de 2009

Entre las madrugadas.

Cuando el insomnio obligado encanta mis noches, es cuando tu recuerdo quema más, como si el frío se encargara de recordar la falta de calor.

En esas noches. vale la pena aferrarse a una idea de manera fanática, para así seguirla tal cual un desventurado sigue una luz en plena niebla, lo hace para no darse cuenta de que está perdido, para distraer su insalvable olvidar.

A plena falta de luz mis eternas dudas se hacen más obvias, más obvio se vuelve que estoy sin encontrar, pues menos aún veo de donde agarrarme, en que creer o pensar. Cuando mis axiomas más parecen fracturarse... Si existir es conocer y conocer es tener certeza, el insomnio debe de ser lo más parecido al desvanecimiento.

Para que te pierdas en los laberintos de la noche.

Escrito de la prepa, pensando en Cioran.
Inspirado por la mujer que me hiso leer a Cioran.

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