domingo, 1 de marzo de 2009

Directionless.

Sí, Jorge, yo sé lo que se siente.
Saber que estás valiendo verga y no poder hacer nada para corregirlo. Hagas lo que hagas todo seguirá igual, lo culero es haberte dado cuenta de tu estado, lo culero es que sepas quien eres. Por que todo imbécil tiene al menos la carta de la autoignorancia que lo hará salir triunfante al final del día, pero nosotros...quemamos hace mucho tiempo ese manual antiguo.

Self-ignorance is supreme bliss.

***
Estaba viendo la lluvia caer, pensaba que era una escena deprimente. Tenía que enfrentarme a demasiadas cosas y la verdad estaba demasiado aburrido de casi todas para ponerles la atención necesaria, ese grado de atención que requieren las cosas con las que debemos pelear.

Movía mi cabeza de un lado a otro sin mucho sentido que digamos, aunque de vez en cuando me distraia por una gota de lluvia irregular que saltaba a la vista por su exentricidad, dentro de áquel homogeneo cuadro.

¿Quien demonios es el responsable de semejante cuadro tan deprimente? -me pregunté-
-Debería culpar al creador, que de él todo acto emana, pues él es suprema potencia y acción sin actuar. Él, desde el principio de los tiempos, al hechar a andar la sucesión casi infinita de causalidades que hicieron que este cuadro se llevara a acabo, debe de ser el culpable.

Sin embargo, si yo fuera el creador de los alfas y los omegas atormentar a un mortal sin nada de especial como yo con una cuadro tan gris no debería de ser gran cosa, la hipótesis se me antojó un tanto egocentrista y la abandoné de inmediato.

¿Entonces quien demonios es el responsable de semejante cuadro tan deprimente? -me pregunté aún con cierta insistencia-
-Debería culpar a la sociedad, ella mediante sus concentrados sociales, su marginación y su cruenta historia ha hecho del hombre moderno lo que es. Un manojo de inseguridades, un automata que solo es capaz de recobrar la razón para mirar en lo que se ha convertido y sentirse miserable ante semejante cuadro, que no debería de significa nada para él. Esperando hasta que la siguiente flecha de hedonismo lo insitutcionalice de nuevo. La sociedad, habiendo construido el arquetipo de hombre que soy, me hiso sensible ante este tipo de situaciones que reflejan mi cotideanidad y la expresan en bruto, pensé. La culpable sin duda alguna, me exalté.

Pero luego recordé que yo en particular nunca he destacado por seguir a la sociedad de manera ferrea, siempre he sido una especie de oveja negra, bueno ... más bien una especie de oveja perdida, las negras al menos llevan dirección. Siendo esta hipótesis un poco más correcta pero carente de aplicabilidad para mi caso, la deseché también.

¿Entonces quien es el responsable de semejante escena? -me pregunté de nuevo pero ahora si usando mi insistencia característica-
Pensé en la familia, instalandome patrones y tendencias desde que era pequeño, diciendome que está mal o que está bien, moldeandome a un gusto que tal vez de darme elegir no hubiera elegido, imbuyendome de mitologías que ahora odio, ellos serían los culpables, al producir un fracasado como yo que se pasa sus domingos de lluvia meditando frente a su ventana, nadie más podía ser el culpable.

Pero un instante de razón me abordó y recordé que era muy diferente a mi familia, que había perdido la fé en la unión demasiado temprano para adjudicarles mis creencias a ellos, para culparlos de darme a absorber más de lo que hubiera absorbido en otra parte, esa última hipotesis me pareció llena de resentimiento y la deseché también.

Y por último, recordé que todos los demonios eran mios, que el tiempo libre que tenía provenía del fracaso que yo mismo me busqué con toda mi existencia, que yo mismo le atribuí significados tal vez reales o no a cada una de las cosas que he mencionado, que yo he decicido ser la persona que soy o al menos quien no soy y que en úlitma instancia por más mierda que me sentía....

nunca me moví de la ventana.

Y luego recordé que adoraba verme caer.
Maldito síndrome del espejo manchado.

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