lunes, 3 de agosto de 2009

Quebrandose.

Mi mente ha comenzado a negar sistematicamente todos tus recuerdos.
Mi cuerpo comienza a juzgar ya no tan deseables esas sensaciones.
Mi oficina de burocracias sentimentales a agilizado todos los trámites para los pasaportes de
nuestros problemas y se rumora entre sus empleados que cerrará.

Los recuerdos de nuestros besos están siendo remplazados por programas de televisión basura que inundaron mi adolescencia.
Los antiguos empaques de ansiedad con los que venía tu presencia ahora han emprendido una campaña publicitaria a favor del tedio como buen empaque para tratar contigo.

El diseño urbano ha pasado del perpetuo crecimiento en el área por donde solía morar a una campaña de densificación del centro de mi persona, de mi intimidad, de esos lugares a donde nunca llegaste. Inevitablemente como resultado de ese acomodo tus dominios irán cayendo, primero será díficil caminar hacia la calle de tu voz por la distancia, después los campos que eran propiedad del olor de tu aliento se irá vendiendo al por maor, así como una moda de esas qus se van. Por último, las fuentes donde comenzaba tu figura serán dejadas como un recuerdo de una época gloriosa que nadie recuerda correctamente.

Ves, te desmoronas dentro de mí. En realidad me gustaría que estuvieras aquí para ver este interesante espectaculo. Al final, como dicen los doctos, todos los imperios caen.

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