domingo, 15 de febrero de 2009

.Textos Divinorums (Experiencia 1)

Los hombres tenemos el síndrome de la maquina y no podemos escapar de él. Creamos nuestras propias construcciones y nos encerramos en las limitaciones que nosotros, al ritmo de un automata eterno, hemos creado para confinar nuestras ideas. Hay que elegir no seguir el mismo algoritmo para inovar la estructura de lo que somos, hay que elegir no elegir para introducir más información al sistema que nos compone. Hay que elegir ser nosotros para cambiar lo que seremos.

Siento gran entusiasmo por lo que podamos llegar a ser y que tal vez nunca sea.
Soy un emisario de la desesperanza.

jueves, 12 de febrero de 2009

Tu segunda muerte.

Hoy lo tuve que hacer. Hoy lo tuve que hacer.
No quería, como tú.
Pero se dio, como se te dio a ti.

Corté las cadenas, borré los linajes, alteré la historia.
Me encargué de ti.
Te maté y luego me di un tiro.

¿No ves en lo que nos habiamos convertido? ¿No ves lo que somos?
Dos enamorados del pasado intentando matar el presente.

No podemos cruzar el abismo, por lo tanto hay que lanzarnos a él.
Hoy te entierro.
***
Lo escribí el día aquel, algun día te lo mostraré, espero, aunque esperar esté mal.

Poema al hombre atormentado.

En las puertas del infierno, donde todos los Dantes han presumido sus andares, derrama su existir un hombre, las mira.

¿A dónde voy? ¿A dónde voy? - casi canta -
Voy al hogar, dice. porque el hogar es donde está el corazón.

Y su cara sin rostro se hunde entre las familiares tinieblas.

martes, 10 de febrero de 2009

Del insomnio y el historiador frustrado. (1)

El joven detective llamado Ol se encontraba pasmadísimo por el cuadro que le ofrecía la habitación donde yacía el ahora difunto, pero no poco famoso, historiador de nombre Lo. No lograba comprender como alguien en la punta de su carrera académica, con un historial tan prometedor y contado con una buena fortuna había decicido volarse la cabeza. Era suicidio, de eso no le quedaba duda, la sangre, aún fresca, se distribuía en el piso, que hacía apenas unas horas había sido testigo del panico de la mujer de Lo cuando ésta lo encotró con el alma abrazando a la nada y escupiendo vida por todos sus poros, el preámbulo y el arma que ya repartía humo avisaban que era demasiado tarde.

Sumido en su confusión por ser incapaz de reconocer una causa, Ol leía unos papeles que se encontraban entre los últimos que el historiador había estado hojeando. Al parecer era una especie de ensayo, la vieja tipografía arcaica traducía algo como lo siguiente en uno de sus parrafos:

Si no duermo dolbaré mi tiempo de vida en un factor de un tercio aproximadamente, tomando en cuenta que duermo ocho horas diarias en promedio. Con esas ocho horas podrías fracasar de nuevas y originales maneras que harían que me vida sería un tercio de veces más insoportable y vacía que la anterior. Si mi vida fuera un tercio de veces más carente de sentido e inaguantable de seguro mi cerebro, ante la desconsolada situación, se pondría a trabajar en cambiar algo, algo de lo que percibo como realidad.

El cambio siempre es deseable, rezan los manuales de todos los tiempos mientras aplauden la idea que convirtió los tiempos viejos en los presentes. Quiero pensar, que si mi cerebro se empeñara más, rompería algun paradigma, perfeccionaría una idea, revolucionaría algun campo del conocimiento o del sentir, cultura.

Pero eso me volvería solamente otro prisionero de la historia, otra pieza del rompecabezas trágico que parece formar la historia. Mis nuevos paradigmas, ideas, o teorías unicamente frustrarían a otros hombres, que tratarían de romperlos de la misma manera que yo, así avivando el ciclo de la rebeldía contra la idea en turno, así avivando el ciclo de la derrota y la victoria, así dandole rotación a la eterna rueda de la imposibilidad que nos grita que la sigamos. Me rehuso a participar en un juego que no podemos ganar, me rehuso a competir contra mi mismo.

La proyección humana hacia algo más no es mas que el querer huir de nosotros mismos, de nuestra propia imagen que nos parece repugnante. No cazamos estrellas, huimos de nuestros infiernos.

La desgracia personal es el motor del cambio.
Solo acabando con el cambio puedo dejar de ser un mecanismo de la historia, solo aceptando mi podredumbre seré un verdadero hombre.

Y Ol pensó todo el resto de la tarde.


De olvido y penuria.

Para que ningun arqueólogo de lo personal te encuentre.
Para que quien te encuentre no regrese jamás.
Para que quien jamás te buscó no encuentre tus ruinas.
Para que tus ruinas dejen de perseguirme.
Y para que todas mis persecuciones cesen.

lunes, 9 de febrero de 2009

Escombros y Olvido.

-Tienes que comprender que todas aquellas palabras que te dije eran palabras de enamorado, ahora tan válidas como el cheque de una compañía que se fue a bancarrota o como las plegarias al amor de un asesino. La estructura de valores que sostenía todo aquello por lo cual alguna vez creí en ti se destruyó cuando, de manera unilateral, decidiste dinamitar todo lo que yo era, o fui, como prefieras. Toda una civilización de momentos juntos, reducida a tu partida, olvidada por un solo adios.

Todas las partes de la mencionada estructura quedaron sepultadas en un distópico complejo de escombros, hundido cerca del continente de la memoria, por si quieres buscar. Aunque también te advierto que ninguna de mis partes camina ya por esos lugares , así que estarás sola, bueno sin mí al menos, que en esas ruinas es más o menos la misma cosa pues sólo tú y yo habitabamos ahí.
-...
-Entonces, espero comprendas, que nada de lo que te dije cuenta como mio, pues no te lo dije yo, sino el hombre que veneraba tus templos y ahora ya no existe, pues también se perdió entre las grietas de la historia. Tal vez se le derrumbó un palacio encima o se suicidó en el desierto despues de ver en lo que se había convertido su reyno . La historia predice que lo que queda de él dentro de pronto será sólo polvo y mitos antiguos. Será olvido encarnado.
-...
-¿Así que no dirás nada?
-...
-Bueno, dicho esto, entonces no te escucharé nunca más, si aún conservas algun cuchillo que no me clavaste por error, tendrás que convertirlo en odio. Y ese odio, será lanzado contra una persona la cual ya no te siente, será gritado ante unos oídos que hace mucho dejaron de escucharte, se expondrá ante unos ojos que son incapaces de verte igual. En otras palabras, lo que te queda guardado tendrá que existir para una persona que ya no existe. Así que entierrate, entierrate toda, como hice yo con todos nuestros escombros.

viernes, 6 de febrero de 2009

Entre las madrugadas.

Cuando el insomnio obligado encanta mis noches, es cuando tu recuerdo quema más, como si el frío se encargara de recordar la falta de calor.

En esas noches. vale la pena aferrarse a una idea de manera fanática, para así seguirla tal cual un desventurado sigue una luz en plena niebla, lo hace para no darse cuenta de que está perdido, para distraer su insalvable olvidar.

A plena falta de luz mis eternas dudas se hacen más obvias, más obvio se vuelve que estoy sin encontrar, pues menos aún veo de donde agarrarme, en que creer o pensar. Cuando mis axiomas más parecen fracturarse... Si existir es conocer y conocer es tener certeza, el insomnio debe de ser lo más parecido al desvanecimiento.

Para que te pierdas en los laberintos de la noche.

Escrito de la prepa, pensando en Cioran.
Inspirado por la mujer que me hiso leer a Cioran.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Principia.

Comienzo estableciendo los axiomas de mi existencia.
1) Solo alguien que existe es capaz de discernir entre lo inexistente y lo existente.
2) La realidad es comprensible para alguien existente.

Se deduce inmediatamente que existo y soy capaz de comprender la realidad. Capacidad es un término muy ambiguo, además el comprender que algo no es comprensible es comprensión en cierto grado.